La agricultura ha sido siempre una piedra angular de la civilización humana. Pero a medida que nos adentramos en el siglo XXI, asistimos a una apasionante mezcla de agricultura tradicional y tecnología innovadora. Desde los vastos viñedos de la costa oeste hasta las abundantes explotaciones de bayas del sureste, la tecnología agrícola -o AgTech- está moldeando el futuro de la agricultura .
Conocer el poder transformador de la AgTech, especialmente el papel de la conectividad, es esencial a medida que la tecnología sigue evolucionando.
En los últimos años, hemos entrado en una era en la que el Internet de las Cosas (IoT) y el mundo digital se entrelazan a la perfección con la agricultura. Pero, ¿qué significa esto para el agricultor de hoy en día?
Para las granjas de todo Estados Unidos, la AgTech representa una fusión de tradición e innovación. El agricultor moderno no sólo se ocupa de los cultivos y el ganado, sino que también analiza datos, optimiza las operaciones con el aprendizaje automático e incluso despliega equipos agrícolas autónomos.
Con este auge tecnológico surge la necesidad de comprensión y adaptabilidad. Los responsables de la toma de decisiones agrícolas, los ingenieros, los empresarios y las personas influyentes del sector, los encargados de integrar y aprovechar al máximo estas nuevas herramientas, se enfrentan a una plétora de opciones. Aunque reconocen el papel fundamental que desempeña la AgTech en la gestión moderna de las explotaciones, también se plantean preguntas sobre la viabilidad y utilidad de estas tecnologías. Una pregunta recurrente es la esencia y las ventajas de la "conectividad" en esta nueva era de la agricultura.
La conectividad, en el contexto de la AgTech, va más allá de tener un dispositivo conectado a Internet. Se trata de dispositivos y sistemas interconectados en una granja que se comunican entre sí, optimizan tareas, recopilan datos en tiempo real y, en algunos casos, toman decisiones autónomas basadas en esos datos. Estos equipos avanzados pueden mejorar drásticamente las operaciones agrícolas.
La evolución de la tecnología agrícola y ganadera refleja la trayectoria general del progreso humano. A pesar de su aspecto rudimentario desde nuestra perspectiva moderna, herramientas como el arado de madera y los sistemas de riego representaban la tecnología más novedosa de la época. Sin embargo, a medida que avanzaban las civilizaciones, también lo hacían nuestras innovaciones agrícolas.
La Revolución Industrial trajo consigo el primer gran cambio en la industria agrícola. Al generalizarse la energía de vapor, asistimos al nacimiento de la agricultura mecanizada. Los tractores sustituyeron a los bueyes y el trabajo manual disminuyó considerablemente. Esta era no sólo aumentó la productividad, sino que transformó el propio tejido socioeconómico de las comunidades agrícolas.
El siglo XX presagió la Revolución Verde, que se apoyó en una mezcla de variedades de cultivos de alto rendimiento, prácticas modernas de irrigación, herbicidas y pesticidas, y fertilizantes sintéticos. Este periodo fue fundamental para evitar las crisis alimentarias mundiales e impulsar la producción de alimentos, pero a costa de importantes consecuencias ecológicas, sociales y sanitarias. La dependencia de los herbicidas, los fertilizantes y los equipos diésel, junto con el aumento de los problemas de seguridad debidos a la exposición a productos químicos y la disminución de la salud del suelo, hicieron que los agricultores dependieran más de los recursos externos, lo que se tradujo en menores ingresos. A pesar de los beneficios del aumento del rendimiento y de la productividad laboral, la Revolución Verde resultó no ser una solución sostenible para el ecosistema agrícola actual: es costosa y pone en riesgo la viabilidad financiera a largo plazo de muchas explotaciones de frutas y hortalizas.
Avancemos hasta el siglo XXI y la AgTech ha adoptado la era digital. Los tractores guiados por GPS, la vigilancia con drones y los tractores eléctricos ya no son material de ciencia ficción; son la realidad actual. Además, la aparición de los macrodatos, el IoT y la inteligencia artificial (IA) en las operaciones agrícolas ha sentado las bases para un enfoque interconectado y más inteligente de la agricultura.
Sin embargo, el camino evolutivo de la AgTech no se limita a herramientas más avanzadas. Se trata de responder a preguntas y retos más complejos: ¿cómo podemos alimentar de forma sostenible a una población mundial en constante crecimiento? ¿Cómo podemos restaurar y administrar una huella ecológica más sana y nutritiva y, al mismo tiempo, maximizar el rendimiento?
En las prácticas agrícolas actuales, la conectividad es la columna vertebral de la agricultura eficiente, inteligente y sostenible del mañana. Su esencia no reside únicamente en conectar las máquinas a Internet, sino en construir una red cohesionada en la que cada pieza tecnológica se comunique, colabore y contribuya a la función holística de una explotación.
Antes, los agricultores se basaban sobre todo en la intuición o en experiencias pasadas. Hoy en día, disponen de herramientas de alta tecnología y de información para mejorar sus prácticas. Con sensores conectados y herramientas digitales repartidas por los campos, los agricultores pueden controlar en tiempo real las condiciones del suelo, el clima y la salud de los cultivos. Las cámaras avanzadas integradas en un tractor proporcionan información actualizada sobre las operaciones. Esta información ayuda a tomar decisiones agrícolas críticas relacionadas con la producción de cultivos, el trabajo y la cosecha, lo que a su vez puede mejorar el rendimiento de los cultivos. Monarch Tractor ha desarrollado la tecnología Wingspan Ag (WingspanAI) con recopilación automática de datos, que permite a los agricultores realizar fácilmente un seguimiento de las métricas clave, obtener información sobre las operaciones agrícolas diarias y ver informes de datos personalizados a través de su teléfono, tableta u ordenador.
Algunos tractores modernos, cosechadoras y otra maquinaria agrícola, cuando están conectados, pueden supervisarse a distancia. Para granjas de todos los tamaños, este tipo de automatización alivia la demanda de mano de obra, reduce los costes operativos y aumenta la eficiencia y la rentabilidad.
Por ejemplo, con el tractor MK-V de Monarch, 100% eléctrico y con conductor opcional, los agricultores mantienen el control independientemente de si están en el asiento del conductor o si funcionan de forma autónoma: los agricultores pueden realizar ajustes en los aperos, iniciar y detener operaciones, y ajustar la TDF y la velocidad del tractor desde cualquier lugar. Cuando se combina con WingspanAI, los jefes de explotación obtienen conectividad y conocimientos que les permiten ver lo que ve el tractor.
La conectividad no solo proporciona datos, sino que ayuda a interpretarlos. Con algoritmos de aprendizaje automático y nuevas tecnologías que analizan la información recopilada, los agricultores están mejor armados para predecir posibles infestaciones de plagas, determinar los tiempos óptimos de cosecha o incluso anticipar las necesidades de mantenimiento del equipo antes de que un mal funcionamiento inoportuno descarrile las operaciones. WingspanAI permite a los agricultores revisar el historial de operaciones en un mapa e incluso ver imágenes en directo desde cualquier tractor. Los agricultores también obtienen información detallada sobre las operaciones, como el tiempo empleado, las filas completadas y la superficie cubierta.
Una explotación conectada no es una entidad aislada: puede integrarse perfectamente con las cadenas de suministro, los sistemas de previsión meteorológica o los mercados, garantizando que toda la cadena de valor agrícola sea más receptiva y adaptable. Las soluciones que dan prioridad al agricultor están tomando las medidas necesarias para garantizar que el mayor número posible de agricultores pueda beneficiarse de la conectividad. La WingspanAI de Monarch, por ejemplo, se basa en un modelo de ecosistema abierto.
La introducción de la conectividad en la agricultura no es sólo una cuestión de eficiencia. Se trata de resiliencia frente a los desafíos. Con la imprevisibilidad de los fenómenos meteorológicos extremos, las fluctuaciones económicas y los cambios geopolíticos, las explotaciones modernas necesitan una ventaja para sortear estas complejidades. Y la conectividad, con su capacidad para proporcionar información en tiempo real y una ágil adaptabilidad, ofrece precisamente eso.
Tanto si se trata de un viñedo de la costa oeste como de un productor de bayas del sureste, la AgTech debe estar adaptada y ser accesible, garantizando que las herramientas no son sólo tecnológicamente avanzadas, sino que son realmente ventajosas para cada escenario agrícola. La AgTech se ha centrado tradicionalmente en las grandes explotaciones industriales y en las centrales lecheras, pero los pequeños productores de frutas y hortalizas han quedado, en su mayoría, rezagados. Y es precisamente aquí donde herramientas como el tractor eléctrico MK-V, integrado con WingspanAI, ofrecen soluciones a medida.
La agricultura moderna es algo más que semillas, tierra y herramientas sencillas. Los campos están llenos de innovaciones para mejorar el rendimiento, la sostenibilidad y la eficiencia. Algunos de los componentes fundamentales que están reconfigurando el panorama agrícola son:
La conectividad tiende un puente entre la intuición del agricultor y las pruebas empíricas. Con datos en tiempo real, los agricultores pueden actuar rápidamente ante anomalías, desde bajadas repentinas de temperatura hasta desequilibrios de humedad o una planta enferma. Las decisiones basadas en datos conducen invariablemente a mejores resultados. Ya se trate de decidir el momento adecuado para la siembra, gestionar la salud de la flota de tractores o discernir la cantidad óptima de agua, las decisiones basadas en datos elevan la productividad y la eficiencia.
Se trata del arte y la ciencia de cultivar cada centímetro cuadrado de tierra hasta su máximo potencial, salvaguardando al mismo tiempo su salud y viabilidad a largo plazo. Gracias a los datos y a los dispositivos conectados, los agricultores pueden microgestionar sus campos de una forma cómoda y tranquila, garantizando que cada segmento reciba exactamente lo que necesita, desde nutrientes hasta agua.
A medida que las explotaciones agrícolas adoptan la tecnología, son testigos de un aumento de la productividad y los productos, así como de la seguridad y la eficiencia laboral. Los tractores autónomos permiten a los agricultores manejar y gestionar una flota a distancia, lo que aumenta la productividad y los beneficios.
A medida que los agricultores recopilan datos sobre sus explotaciones, son capaces de comprender mejor cuándo el suelo necesita aditivos muy específicos o cuándo hay que fumigar los cultivos, eliminando las conjeturas. Según un estudio publicado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., la fumigación de cultivos puede provocar toxicidades y consecuencias para la salud humana, por lo que la precisión en la fumigación es fundamental. Con datos que guían cada movimiento, se minimiza el despilfarro, ya sea de agua, fertilizantes, herbicidas o combustible para la maquinaria: un uso eficiente se traduce en menores gastos.
Los tractores autónomos también contribuyen a aumentar la seguridad. El tractor MK-V de Monarch, por ejemplo, establece nuevos estándares de seguridad agrícola. El MK-V incorpora prevención de colisiones, estabilidad en pendientes, alertas de riesgo de vuelco, detección de personas y protección contra enredos en la TDF, que desconecta automáticamente la TDF si se detecta un objeto o una persona en una zona insegura cerca de la TDF.
A medida que las explotaciones agrícolas se vuelvan más inteligentes y sanas, también lo hará toda la cadena de suministro de alimentos. Desde la reducción del uso de agroquímicos hasta el seguimiento en tiempo real de los productos, pasando por la garantía de unas condiciones de almacenamiento óptimas, la tecnología renovará la forma en que cultivamos, procesamos, transportamos y consumimos los alimentos. El futuro de la agricultura es prometedor: a medida que evolucionan las tecnologías relacionadas con la agricultura de precisión, el aprendizaje automático y las prácticas sostenibles, mejoran la gestión de los recursos, los rendimientos y la rentabilidad general de las explotaciones.
Los avances tecnológicos también siguen avanzando en la seguridad de las explotaciones, con el fin de evitar colisiones, vuelcos y problemas de salud relacionados con el trabajo físico prolongado. Reimaginar el trabajo que antes requería una mano de obra orquestará entornos más seguros tanto para los agricultores como para los trabajadores.
El tapiz de la agricultura se está volviendo a tejer con los hilos de la tecnología, y en su centro se encuentra la conectividad. Para el agricultor moderno, herramientas como el tractor Monarch MK-V no son sólo máquinas; son aliados en la búsqueda de un futuro próspero y sostenible. En esta intersección de tradición e innovación, una cosa está clara: el futuro de la agricultura no consiste sólo en cultivar, sino también en hacer crecer las posibilidades.
Referencias:
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